CRÓNICA DEL VIAJE DE LA CORAL “DISCANTUS” DE MURCIA A PARÍS
DEL 19 AL 23 DE AGOSTO DE 2015
Con motivo del XX Aniversario de nuestra Coral “Discantus” de Murcia, realizamos un viaje oficial a la Capital de Francia, París, donde participamos en el V Paris Music Festival, organizado por la “Musik Reisen Faszination”, que contó con coros y orquestas procedentes de Bielorrusia, Italia, Austria, Portugal, Turquía, Rumanía y nosotros desde España.
Además, este viaje, como todos los anteriores, sirvió para conocernos mejor entre todos los compañeros (coralistas y acompañantes) y estrechar más aun nuestros lazos de unión conociendo, al mismo tiempo, una impresionante ciudad.
Miércoles 19:
Comenzamos el día temprano y con mucha ilusión. A las 8’00 h. tuvo lugar la salida en autobús desde el Plano de San Francisco de Murcia. Una parada a medio camino para desayunar y, enseguida, estábamos en Valencia, desde cuyo Aeropuerto de Manises tomamos a las 13’00 h. el vuelo directo hasta París. El vuelo transcurrió sin sobresaltos, tan solo con unas leves turbulencias en el aterrizaje, fruto del tiempo inestable que reinaba en la región de París.
Dos autobuses nos trasladaron al Hotel de la cadena “Ibis” situado en Issy les Moulineaux, apacible e histórico municipio colindante con París. Una vez acomodados en nuestras habitaciones hicimos un ensayo general en los salones del Hotel. Tras el mismo se dio tiempo libre y poco a poco fuimos desplazándonos a París, para así poder familiarizarnos con los medios de transporte que había que tomar para llegar al foco de atención de nuestro viaje: el centro histórico de la Capital francesa. Esta primera toma de contacto fue un tanto caótica, debido a las obras de los medios de transporte, a nuestro amplio y variado número de coralistas y a los nervios normales de encontrarse en una ciudad extraña y tan inmensa. Pero una de las cosas buenas de viajar en grupo es que las pegas o los males de muchos se pueden convertir en motivo para la aparición de numerosas y divertidas anécdotas, como ocurrió a varios compañeros con las famosas puertas del RER y sus paradas de emergencia frente al miedo de verse perdidos en un barrio incomunicado del extrarradio si sigue el tren contigo dentro. Y todo bajo la atónita mirada del personal de la concesionaria del transporte, que pensaría: “¿de dónde habrá salido este montón de españoles parando los trenes?”.
Anécdotas aparte, en este final de jornada pudimos ya tomar contacto con la apasionante Ciudad de París, cenar y recorrer diversas zonas: unos la Torre Eiffel, otros buscando la situación de la Iglesia Americana (lugar del primer concierto), otros recorriendo los tumultuosos Campos Elíseos, etc.
Jueves 20:
Como el resto de días del viaje, lo comenzamos con uno de los momentos más esperados por muchos en estos viajes: el desayuno en el Hotel. Ameno y madrugador rato cogiendo fuerzas con un abundante desayuno y compartiéndolo con los demás compañeros que, quizá durante el resto del día iba a ser casi imposible verlos en su totalidad debido a la inmensa variedad de intereses en un grupo tan amplio. Tras el desayuno lo primero fue acudir a la Iglesia Americana de París para realizar un ensayo previo al concierto de la tarde. Este bello templo de confesión anglicana se encuentra situado a orillas del Río Sena, cerca de la Explanada de los Inválidos. Una pertinaz y sorpresiva lluvia propició un nuevo momento de pequeño caos, solventado siempre por la solidaridad y compañerismo entre todos.
Tras el ensayo hubo tiempo libre hasta las 16’00 h., hora de la cita previa al concierto. En todos estos ratos libres del viaje, cada uno (unas veces en grupo y otras en la emocionante soledad) fue conociendo lo que le interesaba de esta espectacular Ciudad. Si bien, en este primer día fueron muchos los que visitaron la Catedral Metropolitana de Notre Dame, primer templo católico del país, Patrimonio de la Humanidad y una de las joyas del arte gótico francés. Aparte de su sobria y vertical arquitectura, muchos pudieron ver y venerar la impresionante reliquia de la Corona de Espinas de Cristo, trasladada aquí desde que su templo original, la Saint Chapelle, fuera saqueada por la Revolución.
Ya por la tarde nos reunimos todos de nuevo en la Iglesia Americana, para participar en el concierto principal del Festival. Actuaron L’Orchestre d’Instruments Populaires Russes de Belarus, el Corale Caminese di Camino al Tagliamento de Udine (Italia) y la Coral “Discantus” de Murcia, con nuestro Director, Ángel Luis Carrillo Gimeno, al piano. Cerramos este concierto interpretando una selección de nuestro nuevo programa “Discantus latino”, que fue ampliamente ovacionado por el público y por el resto de formaciones musicales.
Tras el concierto se produjo una anécdota muy emocionante para los que estuvimos en 2004 en Argentina: Lourdes, la hija de Amalia, la exdirectora del Coro de Niños y Jóvenes Cantores de Salta, residente actualmente en Francia, acudió a presenciar nuestro concierto, animada por la presencia en nuestra Coral de José Muñoz, componente en su niñez del Coro argentino y, por tanto, amigo de Lourdes. Dicho Coro fue uno de los participantes en aquella IV Cita Coral en Primavera de San Carlos de Bariloche, y su buen hacer y preciosas voces nos embriagaron a todos los que pudimos compartir aquellas jornadas con ellos. Lourdes era una niña cantora, así como nuestro José Muñoz (si bien no pudo participar puesto que se encontraba enfermo). La Directora y madre de Lourdes quedó enamorada de nuestra habanera “Vivo sin ti” e hizo gran amistad con el que escribe estas líneas, ya que siempre interpretaba el solo de dicha obra. Amalia, por desgracia, hoy está en coma, pero su hija, aquí en París, me pidió que le cantara ante su cámara de video dicha habanera para poder ponérsela a su madre, que seguro que desde dentro de su estado la habrá escuchado. Abrazos y lágrimas de emoción, el mundo en un pañuelo gracias a Discantus y al poder de la música.
El día terminó con noche libre para cenar y seguir paseando por París, como por ejemplo el encantador y recoleto Barrio Latino.
Viernes 21:
Desayuno y mañana libre para visitar los monumentos de París. Hasta las 13’00 h. en que quedamos en el Campo de Marte, para hacernos una foto oficial ante la impresionante Torre Eiffel. Tras la foto, en un quiosco al aire libre en los propios jardines, tuvo lugar un concierto general y distendido de todos los grupos participantes en el Festival. A los que actuamos el día anterior en la Iglesia Americana, aquí se unieron: Grazy Accordeonists de Austria, el Coro Misto da Sociedade Filarmónica Lousanense de Portugal, Alegria Chamber Choir de Turquía y Millennium de Rumanía. Discantus volvimos a ser los que cerramos el acto, con un precioso y muy aplaudido “El día que me quieras”, exhornado con el romanticismo y sensualidad del baile de nuestros compañeros Emilio Sánchez y Cristina Salazar.
La larga tarde-noche que quedó libre fue una oportunidad magnífica para seguir conociendo libremente los interminables tesoros de París: sus variopintos barrios históricos, monumentos civiles (galerías comerciales, teatros, palacios…), museos, sus incontables y sobrecogedoras iglesias (donde la música es tan importante, como se demuestra con la presencia, como mínimo, de dos órganos de tubos en cada templo, y con el despliegue de conciertos sacros anunciados por las calles), etc.
Sábado 22:
Tras el desayuno, se abría ante nosotros un soleado y largo día (el último) para seguir viviendo París en profundidad y por libre. La mañana de este día fue escogida por muchos para visitar el Museo del Louvre, descomunal y apabullante despliegue de creaciones artísticas de todos los tiempos y de importancia mundial. Sus inabarcables colecciones seguro que alcanzaron a los gustos de todos cuantos lo visitamos.
El día terminó con otra cita que juntó a varios compañeros en la Catedral de Notre Dame: la celebración de la Misa vespertina, cantada por un Coro de Malta y acompañada por los dos órganos catedralicios (una celebración brillante, llena de música, destacando la espectacularidad del sonido de los órganos, que dejó boquiabiertos a los miles de fieles que nos encontrábamos en esos momentos en tan mítico enclave). Y tras la Misa, un recital de órgano, a cargo de un organista finlandés. El amor por la música y la cultura en estado puro.
Al llegar la noche, unos aprovecharon para vivir el París nocturno hasta altas horas de la madrugada, mientras que otros buscaron una apacible cena de fin de viaje, bien en el centro de París o en los restaurantes cercanos al Hotel.
Domingo 23:
La jornada de regreso comenzó muy temprano, desayunando antes de las 6’30 h., para así poder llegar a tiempo al Aeropuerto, a tomar el vuelo de las 10’00 h. con destino en Valencia. El camino en autobús hacia el Aeropuerto sirvió para despedirnos de París con las hermosas vistas dominadas por la Basílica del Sacré Coeur, en Montmatre.
Un vuelo muy tranquilo y rápido nos dejó en Valencia y, camino de Murcia, en Fuente la Higuera, hicimos una parada para comer y saborear de nuevo nuestra siempre añorada gastronomía española.
Sobre las 16’00 h. ya estábamos en nuestra calurosa Murcia y dimos por finalizados estos intensos y maravillosos días de convivencia, experiencias, música y visitas monumentales en París.
Alejandro Romero Cabrera
Secretario-Archivero de la Coral “Discantus” de Murcia